Durante las últimas décadas, la industria de servicios financieros y bancarios ha enfrentado presiones continuas tanto internas como externas, desde reformas regulatorias, cambios en las expectativas de los clientes, infraestructuras tecnológicas antiguas y compresión profunda de márgenes y rentabilidad. Estas presiones y cambios han causado que líderes ejecutivos de la industria tengan menos confianza en sus modelos de negocios existentes, cultura de trabajo y estrategias de negocio.